lunes, 11 de julio de 2011

Y más romanos...

Ya se que últimamente de lo único que se hablamos es casi exclusivamente del Republic of Rome, pero la verdad es que tengo bastante lío de trabajo y es a lo único que he jugado, quitando esos 4 Rheinlander. En esta ocasión, tenemos fotos cortesía del señor Eloy, ya que a mí se me olvido la cámara.


Fuimos esta vez nuevamente seis ambiciosos senadores romanos (Juan, Eloy, Biblio, Paula, Monty y yo) dispuestos a todo por alcanzar el poder en la ciudad eterna. Cabe destacar que todos sabíamos ya jugar, por lo que nos ahorramos la explicación de reglas, y lo cierto es que eso aligera el juego muchísimo (la partida completa con el primer mazo, hasta que salió la carta de final, nos llevó unas 3 horas). Además, contábamos con unas ayudas de juego que se ha currado Eloy, lo cuál también nos permitió aligerar un poco.


Eso sí, pese a saber jugar todos, no pudo faltar la equivocación en las reglas, ya que se nos olvidó un pequeño detalle: restarle 20 talentos al tesoro de Roma por cada guerra activa. y cabe destacar que Roma estuvo toda la partida peladita, peladita, con lo que en caso de haber aplicado esa regla, seguramente la República se hubiese ido al carajo casi con total seguridad.



Por otra parte, se nota que no hemos jugado demasiado todavía, porque en toda la partida no hubo ni un solo intento de asesinato, y el mamoneo tampoco fue excesivo. Si cabe destacar que no es un juego para todo el mundo, porque si la bolsa está en tu contra, poco vas a poder hacer por muy bien que juegues (sobre todo si te palma un senador en el último turno). Aunque claro, si a te te mueren los senadores de muerte natural, seguramente al resto se le vayan al cementerio a causa de apuñalamientos y juicios varios; supongo que también es cuestión de saber jugar y pegar tijeretazos cuando hay que pegarlos ;D


A pesar de todo ese azar, extrañamente, a mí el juego me sigue maravillando. E insisto que sin duda es por la temática, porque en el juego se respira política romana pura y dura (y en muchos casos, la política romana tampoco se aleja mucho de la actual). Por ejemplo en cuanto uno de mis senadores alcanzó un buen nivel de influencia, le cayó su justo juicio mayor, aunque por suerte contaba con un par de tribunos de la plebe para ejercer el veto en esos momentos críticos. Claro que también ayudó que cuando yo fuí Censor me dediqué a putear de lo lindo a Juan, y claro, cuando le llegó a él, no dudó en intentar devolvérmela. En resumen: cuidadito con liarla mucho con el Censor, que aquí se juega al ojo por ojo, y Censor acaba siendo todo el mundo tarde o temprano.

Al final victoria para mí con 35 puntos de influencia frente a los 30 de Monty y Biblio (aunque claro, realmente debió hundirse la República mucho antes del final, como ya he dicho xD)

Y eso es todo por hoy y seguramente por esta semana.

Ave! Que digaa, saludos!

2 comentarios:

  1. Pues si precisamente lo gracioso del juego son los apuñalamientos...
    Cuando te va torcida y total no tienes mucho que perder, es el momento de empezar a pedir cargos y concesiones bajo amenaza directa.

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  2. Toda la razón :) La verdad es que con la excusa de que eres el que va peor y que si no empiezas a mandar asesinos, la vida puede ser maravillosa ;D

    Un saludo, y gracias por leernos!

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