viernes, 29 de julio de 2011

Ambición

Hoy, para no variar respecto a las últimas entradas del blog, vamos a hablar del República de Roma, ese juego que me daba miedo comprarme porque no sabía si lo iba a poder jugar y al que ya han caído 6 partidas desde que está en mi colección ;D Sin embargo, esta vez el grupo de senadores ávidos de poder estaba formado por Víctor y mis compañeros de la facultad (Juan, Curro y Guti), un grupo con amplia experiencia en el Risk y las puñaladas traperas. Por ser la primera partida, jugamos con el mazo de la República Temprana.

Los comienzos fueron bastante tranquilos, con pocas guerras, por lo que el politiqueo se impuso sobre las necesidades de la República, y nos tiramos los dos primeros turnos sin ir a la guerra, con la 1ª Guerra Púnica latente y la 1ª Guerra de las Galias arrasando el norte de Italia. A pesar de eso, no hubo demasiadas puñaladas. 

Desgraciadamente la bolsa se cebó con Víctor, y en 4 turnos palmaron 2 de sus 3 senadores, por lo que se quedaba con sólo 4 votos en el Senado. Aún así, veremos luego que los partidos minoritarios siempre tienen la clave de las votaciones... sobre todo a 5 jugadores. Curro por otro lado tenía a Escipión entre sus filas, y yo dí bastante por saco para que no ocupase ningún cargo durante un buen rato (siendo el que tiene que ganar las Guerras Púnicas, no está bonito que acumule influencia antes de eso ;D)


Resumiendo: Juan, Guti y yo teníamos la situación controlada, pero entonces fue cuando Juan y Guti, con mayoría absoluta de votos entre los dos, decidieron repartirse los cargos entre ellos durante un turno, lo que empezó a generar mosqueos y conspiraciones varias, sobre todo contra Catón y sus puñeteros vetos!

Sin embargo, empezaron a acumularse las guerras, y entonces el señor Lucio Emilio Paulo, abanderado de mi facción, fue elegido Dictador. Transcurrió ese turno con normalidad, pero al siguiente, cuando me tocó proponer consules, empezó el baile de poder.

Viendo que Juan se desmarcaba, intenté aislarlo, repartiendo cargos para todos menos para él. Para defenderse, de forma extremadamente rastrera (aunque inteligentísima!!) le contó a Guti una macro conspiración que yo estaba orquestando para mandar a Catón a las provincias y anular sus vetos gratuitos. Eso nos llevó a una división en dos bandos y un problema muy gordo: Curro, Víctor y yo hacíamos las proposiciones, pero ellos tenían la mayoría de votos, por lo que era muy difícil sacarlas adelante; más o menos como está el gobierno ahora mismo vaya :P

Colapso total.

Ante esa situación, obviamente, llegó la hora de los cuchillos. 


Marco Porcio Catón el viejo, abanderado de la lucha contra Cartago, fue asesinado a las puertas del Senado, perdiendo Guti 8 votos y dando la mayoría a la coalición que formábamos Curro, Víctor y yo. Gracias a eso, un senador de Juan emprendió el viaje a la Galia Cisalpina, que necesitaba un nuevo gobernador. Los vencedores del conflicto político nos abrazábamos por el éxito conseguido.

Sin embargo, Guti, gastando gran parte de su fortuna, consiguió que no se aprobasen los mandos militares como habíamos planeado (Escipión a las Guerras Púnicas y Emilio Paulo a las Macedónicas), y entonces, sucedió el desastre.

El Dictador (de la facción de Curro) ganó su guerra sin problemas, con la única pérdida de una legión. Sin embargo, los hados quisieron que su ficha saliera de la bolsa en ese momento, por lo que tanto él como su Magister Equitum (de mi facción) celebraron la gloria de la Victoria junto a Júpiter. Escipión por su parte, sufría un Desastre en Macedonia, perdiendo la mita de sus tropas (13, entre flotas y legiones) y muriendo valientemente junto a ellas.

Con esos votos perdidos, la mayoría en el senado volvía a caer en manos de Juan y Guti, mientras que yo seguía siendo el magistrado presidente del Senado. Desesperante. 


En la fase de foro, comenzaron a salir todas las guerras que no habían salido antes, y todo auguraba a que la República moriría a manos de sus enemigos, pero justo en ese momento, salió la carta de Fin de una Era, con lo que la partida acabaría al final de la fase de foro, sin necesidad de luchar las gueras, y ganando el jugador que acumulase más influencia. 

En ese recuento final, Juan sumaba 36, frente a 32 que tenía yo, 31 de Guti, 20 de Curro y 4 de Víctor. Victoria para el senador Juanus Ratus Sucius Cabronazus ;P

Resumiendo, que fue la mejor partida que he jugado con el mazo de la República Temprana (el de la República Media si que me gusto bastante más).

Conclusiones estratégicas

- Nunca pienses en el futuro; piensa en el momento, y si te ofrecen un dictador a cambio de tu madre, desde luego, acepta el cargo :-)

- En mi opinión, es mejor no hacer alianzas estables, sino ir cambiando constantemente de bando. Las alianzas (como la de Juan y Guti, repartiéndoselo todo entre ellos dos) exasperan al resto de jugadores y te hacen ganarte enemigos. 

- Nunca te rindas, aunque la bolsa de odie; Víctor en el penúltimo turno tenía el senador con más influencia. Sólo tenía ese, pero gracias a ser la facción más débil, a nadie le preocupaba darle cargos de los gordos. 

- Nunca te hagas el remolón con las Guerras Púnicas; a por ellas desde el principio. En esta partida tuvimos la suerte de que saliese la carta de final; de otro modo, la República hubiera palmado vilmente.


Si hubiera que definir la Historia de Roma con una palabra, yo elegiría ambición, y RoR es una recreación bastante fiel de esa Historia, así que no lo olvides: se ambicioso, y no vendas baratos tus votos ni tus favores, pero se también inteligente, y se generoso para satisfacer la ambición de los demás. Así quizás los lares estén de tu lado y te den la victoria final y el control sobre el mayor Imperio de la Historia.

Ave!

domingo, 17 de julio de 2011

Incongruencias

El viernes tuve la ocasión de repetir al República de Roma, con el mazo de la República Media, y además echamos dos juegos bastante apañados como son High Frontier y Die Macher.

Lo primero que jugamos fue el High Frontier, un juego de Phil Eklund de conquistar el Sistema Solar.


Lo cierto es que el juego me gustó bastante, y rebosa tema por todos lados, pero tiene unas cuantas cosillas que podrían mejorarse desde mi punto de vista. Por lo pronto, es un juego lento. Lentísimo. Te hace falta agua para todo, y básicamente, puedes conseguir 1 tanque de agua por turno. Claro, cuando te hacen falta 14 tanques para mandar un cohete, eso significan 14 turnos esperando a llenarlo.

Por otro lado, una vez lo has lanzado, para prospectar los sitios de aterrizaje hay que tirar el dadito dichoso y si resulta que tienes mala suerte, pues has tirado 14 turnos a la basura. También hay ciertos puntos por los que al pasar tienes que tirar el dado, y con un 1 revienta el cohete.

Resumiendo, que me gustó, pero que me parece que hay algunas cosas que habría que sacrificar de cara a hacerlo más jugable, aunque quizás menos realista. Y por supuesto si le restamos realismo, siempre podemos introducir la expansión E.T.:


También jugamos, como decía al principio, al Die Macher, un juego que ya tuve ocasión de probar anteriormente y aunque me gustó mucho, hubo algunos puntos que no me terminaron de convencer. En esta ocasión, me volvió a pasar lo mismo. 

 Las encuestas son incontrolables, al no saber lo que estás comprando. Vale, sí, las compras para asegurarte de que no te hacen la puñeta, pero si tienes la suerte de que te sale una carta en la que te subes tú y le bajas a otro, pues lo mismo te llevas una elección, mientras que otro jugador con la misma jugada (comprar una encuesta) saca mucho menos beneficio.


Otra cosa son las cartas de Gabinete de las Sombras, que aunque es cierto que puedes controlar quien juega la suya antes, te puedes encontrar con palos demasiado gordos así repentinamente, como que te bajen un -4 en la popularidad.

Resumiendo, Die Macher es un juego de planificación a largo plazo, pero en el que repentinamente puedes pasar de liderar una elección a palmarla del todo. Demasiado repentinamente para mi gusto.


Y he aquí la incongruencia de todo este post, ya que entre medio de estos dos juegos, en los que he dicho que no me gusta que de repente te puedas ir al carajo a causa de motivos varios, echamos un República de Roma, el juego por excelencia en el que te puedes ir al carajo de forma repentina gracias a su maravillosa bolsa. Sin embargo al República de Roma al contrario que los otros dos, no le puedo poner ninguna pega.


¿Cuál es la razón de esta incongruencia? Pues en primer lugar, respecto a Die Macher, tengo claro que la temática es un elemento importantísimo. Jugar al Die Macher no me transmite nada, mientras que cuando juego al República de Roma, tengo la sensación de revivir la Historia de Roma, las tensiones en el senado y en las guerras exteriores. En República de Roma se respira ambientación por todas partes, y es un juego de política auténtico, mientras que Die Macher se queda en un juego de estrategia como otro cualquiera.

Respecto al High Frontier el caso es diferente, ya que en este también se respira temática, pero por un lado, me atrae menos que la de Roma, y por otro lado, es un tipo de juego diferente, en el que tienes que planificar, calcular el combustible que necesitará un cohete para llegar a Marte, etc. Y después de tanto calcular, te encuentras con que revienta el cohete o no hay recursos en el planeta. En el República de Roma no se trata de calcular, sino de conspirar; de comerle el tarro al de al lado e intentar hacer fuerte a tu facción al tiempo que debilitas al resto (a ser posible, sin que se den cuenta). El espíritu de ambos juegos es completamente diferente.


Dejando ya las comparaciones, he de decir que jugamos con el mazo de la República Media, y el juego terminó de maravillarme, ya que cambia por completo respecto a la República Temprana. En esta última, las guerras son las preocupación principal, no hay más remedio que ir a saco contra los cartagineses, y el peligro de que reviente la República es muy real. 

En esta "segunda parte", las cosas cambian muchísimo. Entran las provincias en juego directamente, y las guerras no son una amenaza real para Roma, por lo que no son una prioridad. Aquí lo ideal no es derrotar las guerras, sino que los generales no vuelvan vivos de ellas. Un senador con alta popularidad se vuelve prácticamente inmune a los juicios, y eso es algo muy peligroso, así que no es recomendable que los generales regresen victoriosos. 


Y una vez más, me disculpan ustedes que sólo hable del República de Roma, pero es que básicamente, es a lo único que juego en los últimos tiempos. 

Saludos!

lunes, 11 de julio de 2011

Y más romanos...

Ya se que últimamente de lo único que se hablamos es casi exclusivamente del Republic of Rome, pero la verdad es que tengo bastante lío de trabajo y es a lo único que he jugado, quitando esos 4 Rheinlander. En esta ocasión, tenemos fotos cortesía del señor Eloy, ya que a mí se me olvido la cámara.


Fuimos esta vez nuevamente seis ambiciosos senadores romanos (Juan, Eloy, Biblio, Paula, Monty y yo) dispuestos a todo por alcanzar el poder en la ciudad eterna. Cabe destacar que todos sabíamos ya jugar, por lo que nos ahorramos la explicación de reglas, y lo cierto es que eso aligera el juego muchísimo (la partida completa con el primer mazo, hasta que salió la carta de final, nos llevó unas 3 horas). Además, contábamos con unas ayudas de juego que se ha currado Eloy, lo cuál también nos permitió aligerar un poco.


Eso sí, pese a saber jugar todos, no pudo faltar la equivocación en las reglas, ya que se nos olvidó un pequeño detalle: restarle 20 talentos al tesoro de Roma por cada guerra activa. y cabe destacar que Roma estuvo toda la partida peladita, peladita, con lo que en caso de haber aplicado esa regla, seguramente la República se hubiese ido al carajo casi con total seguridad.



Por otra parte, se nota que no hemos jugado demasiado todavía, porque en toda la partida no hubo ni un solo intento de asesinato, y el mamoneo tampoco fue excesivo. Si cabe destacar que no es un juego para todo el mundo, porque si la bolsa está en tu contra, poco vas a poder hacer por muy bien que juegues (sobre todo si te palma un senador en el último turno). Aunque claro, si a te te mueren los senadores de muerte natural, seguramente al resto se le vayan al cementerio a causa de apuñalamientos y juicios varios; supongo que también es cuestión de saber jugar y pegar tijeretazos cuando hay que pegarlos ;D


A pesar de todo ese azar, extrañamente, a mí el juego me sigue maravillando. E insisto que sin duda es por la temática, porque en el juego se respira política romana pura y dura (y en muchos casos, la política romana tampoco se aleja mucho de la actual). Por ejemplo en cuanto uno de mis senadores alcanzó un buen nivel de influencia, le cayó su justo juicio mayor, aunque por suerte contaba con un par de tribunos de la plebe para ejercer el veto en esos momentos críticos. Claro que también ayudó que cuando yo fuí Censor me dediqué a putear de lo lindo a Juan, y claro, cuando le llegó a él, no dudó en intentar devolvérmela. En resumen: cuidadito con liarla mucho con el Censor, que aquí se juega al ojo por ojo, y Censor acaba siendo todo el mundo tarde o temprano.

Al final victoria para mí con 35 puntos de influencia frente a los 30 de Monty y Biblio (aunque claro, realmente debió hundirse la República mucho antes del final, como ya he dicho xD)

Y eso es todo por hoy y seguramente por esta semana.

Ave! Que digaa, saludos!

domingo, 3 de julio de 2011

Sábado 2 Julio: Rheinlander x 4

Crónica por Neiban:

Si es que ya lo dice el refrán "Sábado sabadete, cena y tablerete"... era así no? :P El caso es que anoche nos juntamos 4 jugones de la vieja guardia (Lethan, Shao, Indiavis, y un servidor), y tras la cenita nos fuimos a casa de Indiavis a viciar.

Como había estado prodigando las virtudes de Rheinlander, el que es para mí el mayor descubrimiento en lo que va de 2011 (le hice una reseña hace poco que podéis ver aquí); los jugones tenían ganas de catarlo, y ahí que nos pusimos, pero sin imaginar que la noche sería tan monojueguil.

Tras la explicación de reglas para Shao e Indiavis (Lethan lo cató la semana anterior), nos pusimos a crear nuestros ducaditos a lo largo del Rhin, tal y como ha de acontecer en el juego. Las reglillas provocaron algo de confusión en la partida para los debutantes, pero aun así, se vieron confabulaciones y wañas de alto nivel. Hacia el final, Indiavis y yo nos disputábamos el 1er puesto, que se decantó finalmente hacia mí. He aquí fotillo del final:

Y como el juego había dejado buenas sensaciones en el paladar, era rapidito, y había sencillamente ganas de más, nos pusimos con una 2ª partida. En ésta, que ya todos los jugadores se sabían las reglas a la perfección, Rheinlander alcanzó su grado óptimo de perrerío. Hubo de todo; conversiones por el arzobispo, "sándwiches de ducados", un javivi pletórico clamando venganza con la vena sobresaltada... Ahí van dos fotitos del final de partida:

Imaginaos la güasa cuando tras acabar la 2ª partida nos pusimos inmediatamente con una 3ª al mismo juego, y es que anoche había ganas de wañear. En esta 3ª hubo un intercambio de posiciones mayor aún que el constante que se da en el juego. Shao iba de lujo, con 5 duques colocados por el Rhin cuando los demás teníamos a lo sumo 2 cada uno, pero entre un ataque por allí y otro por allá, la partida se saldó de nuevo con victoria para mí, seguido por Indiavis, Shao y Lethan.

Pero no acabó la cosa ahí, porque había ganas de una 4ª!!, y ahí que nos pusimos los 3 (Shao se tuvo que marchar) a altas horas de la madrugada a fundar ducaditos por el Rhin. A semejantes horas los silencios en la noche atentos a cada carta que soltaban los rivales era espectacular. En esta 4ª partida quise abarcar mucho, y recibí sendos palos de Indiavis y Lethan, aunque este último aflojó el pistón conmigo un poco, y me vino muy bien para remontar. El final, apuradísimo una vez más; 3º Lethan con 39 pts, 2º Javivi con 41, y 1º un servidor con 42 puntitos! :D

Y eso fue todo. Me alegró que Rheinlander gustara tanto a todos, se notó ¿no? :P No obstante, menuda burrada echar 4 partidas seguidas al mismo juego. No sé si alegrarme o entristecerme (aunque realmente me encantaría que pasase esto con más juegos!) :D

Un saludo jugones!

viernes, 1 de julio de 2011

Roma ¿victis?

Ayer por fin pudimos estrenar el República de Roma como es debido, con 6 jugadores: Noé, Eloy, Paula, Biblio, Juan y yo. Y efectivamente, terminamos de constatar que es todo un juegazo. Para mí, por temática y ambientación y por la tensión que se crea, es sin duda uno de los juegos que más he disfrutado nunca. No se si lo jugaremos mucho o no, pero sea como sea no me arrepiento de la compra (además porque la edición es de lujo)

Jugamos en la República Temprana (264-196 a.C., más o menos) y a pesar de mi insistencia inicial para mandar a todas las flotas contra la I Guerra Púnica, nadie se fiaba de mi buena voluntad para con nuestra amada República (desde luego, yo no tenía ninguna intención de ganar influencia y popularidad al ser mi general el que iba a derrotarla... ;D), y decidieron que era mejor probar con sólo 7 flotas. Obviamente, la tirada de dado nos la jugó, y de ahí en adelante empezaron a salir todas las guerras habidas y por haber, junto a los líderes cartagineses, que hacían de la I Guerra Púnica algo casi imposible de derrotar.

Al final, tras una epidemia, una turba enfurecida entrando pasando a cuchillo a medio senado (Eloy, no te dejo que vuelvas a meter la mano en la puñetera bolsa!!!) y más y más guerras, al final la República sucumbio ante 4 guerras activas (y eso que no salió la II Guerra Púnica, que si no si que nos hubieramos reído xD) Aún así, no aguantamos mal para ser la primera partida, que ojeando el mazo, salía la carta de final en el siguiente turno. Tan sólo jugamos una cosa mal (por ahora), aunque bastante gordo, y es que no me acordé de explicar que se podían comprar votos con dinero (un detalle bastante importante, lo sé, mea culpa)

En resumen, que en la República Temprana dejaros de tonterías e ir a saco contra la I Guerra Púnica antes de que empiecen a salir líderes o salga la II, y vigilar muy bien las concesiones de cada cuál, sobre todo cuando alguien insiste en reclutar un buen puñado de flotas o de legiones ;D

Y por supuesto, no se os ocurra elegir Dictador a un senador con popularidad -4, por muy buenos atributos militares que tenga, que luego llegan las turbas y pasa lo que pasa xD

Saludos!