Ganas o mueres: desangrando la franquicia

Como ya sabemos todos, después de muchos años desde que se escribió Juego de Tronos, la cosa se ha puesto de moda, y tenemos actualmente en el mercado 3 juuegos ambientado en el universo de G.R.R. Martin: el juego de tablero, el pseudowargame y el LCG. A este último no he jugado (y tampoco tengo demasiadas ganas), así que vamos a hablar de los otros dos, actualmente publicados por Edge. 

Batallas de Poniente es un wargame (grognards, ¡no me crucifiquéis por decir esto!) en el que dos jugadores se pondrán al frente de dos importantes casas de Poniente (Lannister y Stark en la caja básica) y se darán de ostias a más no poder. Después de las dos partidas, puedo decir que es una mezcla de Battlelore y Marea de Acero, con algunos mecanismos interesantes y otros realmente coñazos.

Juego de Tronos: el juego de tablero es un juego estilo Risk, en el que cada jugador tiene sus ejércitos e intenta alcanzar el objetivo final (conquistar 7 ciudades/castillos) a base de guerras, ataques por sorpresa, comidas de oreja y puñaladas varias. Yo tengo la primera edición de Devir, sin expansiones, pero hace poco ha salido la segunda edición de la mano de Edge. A destacar, la mecánica de asignar órdenes todos los jugadores de forma simultánea, que es la verdadera gracia del juego.

Empezando por el precio, creo que no me quedo corto si digo que ambos juegos se pasan un pelín:

1. Batallas de Poniente: 80 euros
2. Juego de Tronos: 60 euros

Cierto es que Batallas de Poniente viene cargadito de miniaturas de plástico, pero la gran mayoría vienen dobladas antes de abrir la caja. El juego de tablero, por otro lado, si que creo que se columpia en el precio de mala manera, y que no trae componentes para valer esos 60 euros. Yo por suerte, me hice con la edición antigua por el módico precio de 20 euros; la edición tiene algunas desventajas que ahora os contaré.

Respecto a Batallas de Poniente, me ha parecido un wargame entretenido, aunque bastante farragoso de jugar. El setup está salido del infierno, y el tema de andar dándole la vuelta a las banderitas es un peñazo tremendo. Aparte, como me pasaba en el Marea de Acero, es fácil que se te olvide la habilidad especial de tal o cuál unidad, y al final te tiras media partida diciendo "Joder, se me ha olvidado que esta unidad tiraba un dado más". Son cosas que se pasan con la experiencia, pero por las que no es juego que recomiende a no jugones.

Los dados pueden ser bastante frustrantes, y quizás un fallo que le veo es que hay pocas formas de llevar la suerte hacia tu bando. Los bosques sirven para poco, porque te ayudan a defender pero te estorban para atacar. El flanqueo si es bastante útil. Eso sí, la regla de las huídas me parece una inutilidad, ya que muchas veces puede incluso beneficiar al que huye, y eso me parece totalmente absurdo.

Aún así ya digo, el juego está bien, y es divertido recrear ciertas batallas de los libros. Sin embargo, no es un juego que me compraría, la verdad; prefiero los wargames con temática histórica (pero por suerte, Víctor se hizo con uno hace un par de semanas)

Juego de Tronos, por otro lado, me parece un gran juego en su género. Puteo variado, piques, gente cagándose en los muertos de otra gente, puñaladas... todo lo que debería tener un juego de este tipo. La verdad es que me gusta mucho por el dinamismo de los combates y el hecho de que si ganas una batalla no destrozas el ejército enemigo, por lo que al turno siguiente puede devolverte fácilmente el golpe. Por eso, tienes que saber muy bien qué conquistas y qué no, cuando luchar y cuando retirarte. Y por supuesto, cuando mantener una alianza y cuando sacar a la mesa tu lado más rastrero ;-)

No obstante, la segunda edición vienen con algunos añadidos de las expansiones que merecen mucho la pena:

1. Los puertos: fundamentales; si ellos, el juego está roto. 
2. Las torres de asedio: fundamentales también, para hacer los ataques más dinámicos.
3. Las guarniciones: una ayudita en la defensa de los territorios natales. Nada del otro mundo, pero tampoco están mal. 
4. Sexto jugador.

No obstante, son añadidos fáciles de apañar. Para las torres de asedio, uso cubos de madera del Prêt-à-Porter, que trae los 5 colores del juego; para los puertos unos tokens de arena del Thebes, colocados en los territorios con puerto (podéis verlos en la foto); y para las guarniciones, cualquier ficha de cartón sirve (yo uso blasones del Luis XIV). El sexto jugador no hay manera de apañarlo, pero ya es difícil juntar a 4 para jugar, así que tampoco me molesta lo más mínimo.

Es decir, que para jugar bien, a la edición de Devir le hacen falta unos apaños, pero una vez hechos, no desmerece lo más mínimo.Aún así, creo que a pesar de el precio la edición de Edge también merece la pena si tenéis con quien jugar.

Eso sí, la nueva edición es mucho más bonita; un poco oscura, pero muy bonita.

En resumen, ambos son buenos juegos, aunque no para todos los públicos. Juego de Tronos quizás sea más asequible y tenga menos reglas, pero requiere de al menos otras 4 personas para jugar en condiciones. Batallas de Poniente por su parte necesita de un par de jugadores con ganas de jugar más o menos a menudo, para coger todas las reglas bien.

Sea como sea, la verdad es que si eres fan de la saga, ambos juegos se disfrutan un montón. El otro día, por ejemplo, mis Lannisters se mearon en la boca de los Stark en el Bosque Susurrante... aunque esa historia os la contaré con más detalle un día de estos.

Un saludo!