Nos encontramos en septiembre de 1943, en plena invasión aliada del territorio italiano, y un reducido grupo de los US Rangers se ha hecho con el control de un paso de montaña, interrumpiendo con ello las líneas de suministro alemanas hacia el frente en Salerno. La Wehrmacht se dispone a atacar la posición, intentando que los camiones de suministro lleguen a su destino. Los alemanes disponían de más tropas y un mazo de apoyo de artillería, mientras que los aliados contaba con tropas experimentadas y una excelente posición defensiva. Mi hermano jugó con los alemanes, mientras que yo tuve que conformarme con los americanos.
Por el sur encontraron una magnífica cobertura en los bosques, al tiempo que situaban sus ametralladoras pesadas en la cima de la colina, alcanzando a prácticamente todos los pelotones americanos. Los camiones de suministro mientras tanto permanecían a cubierto. Yo obviamente situe a todas mis tropas en la cima de la colina, con línea de visión directa con casi todos los enemigos. Tan sólo el pelotón de ingenieros rompió la formación, para situarse bloqueando la carretera por la que debían salir los camiones alemanes.
Consiguiendo la iniciativa pues, el fuego de mortero cayó sobre las posiciones alemanas, pero con resultados muy desafortunados. Tan sólo uno de los 3 pelotones se vio inmovilizado, y además al haber un oficial en el hexágono, podían hacer fuego a la mitad de su capacidad de ataque. El resultado fue nefasto para la ametralladora de la colina sur, cuyo pelotón fue totalmente aniquilado. Con ello se debilitaba considerablemente mi posición, ya que la ametralladora con su fuego de oportunidad constante, dificultaba el movimiento de un gran grupo de alemanes que ahora tendría casi total libertad para avanzar. Sin embargo, las tropas en el frente suroeste seguían amenzadas por la segunda de mis ametralladoras, así como dos pelotones de tropas de élite.
Así las cosas, el general alemán se decidió a pedir apoyo de artillería, el cuál obviamente descargaron sobre mi posición de ametralladora. Sin embargo, esta vez los dados se aliaron conmigo, y ninguno de los tres pelotones amenazados resultó desbandado. Eso fue suficiente para que los alemanes metieran el rabo entre las piernas y permanecieran escondidos hasta el sigiente turno. Mis zapadores por su parte se dedicaron a cavar trincheras junto a la carretera, fortaleciendo su posición.
Siguiente ronda, la penúltima y de nuevo iniciativa a mi favor. Teniendo en cuenta que yo ganaba más puntos de mando por turno, y que él había gastado alguno en el ataque de artillería, no podía gastarse más en adquirir la iniciativa (ya que los puntos de mando restantes contaban como PV al final de la partida)
En etsa ocasión mis morteros fueron más efectivos, y bloquearon a 2 pelotones enemigos, impidiendo su avance final hacia la carretera. Por parte de los alemanes, en su primer movimiento realizo un ataque combinado contra mi segunda ametralladora, que resultó aniquilada. Casi igual destino fue el de mi único pelotón con armas antitanque, sobreviviendo sólo una miniatura al ataque. Con eso los alemanes aseguran bastante el paso de los camiones. Ahora el problema era el pelotón de ingenieros en la trinchera bloqueando la carretera. La intención de mi hermano era utilizar los pelotones del suroeste para moverse y atacar, pero tener a dos de ellos inmovilizados por el fuego del mortero rompió todos sus planes. Lo intento con el pelotón que le quedaba, pero el resultado fue favorable a mis ingenieros, que lograron causarle dos bajas, además de salir intactos.
Con dos acciones realizadas, era el turno del alemán, que se encargo de reducir a uno de mis pelotones de élite, covnencientemente situado en fuego de oportunidad ante la inminente ofensiva. Con ello la colina sur quedaba muy debilitada, pero los alemanes ya no tenían tiempo más que de despejar la carretera. Los alemanes lo intentaron con todo lo que pudieron, pero los zapadores aguantaron en su trinchera, impidiendo el avance de los camiones.
En resumen, que la partida nos gustó muchísimo. Sin embargo, mi hermano cometió los errores típicos de una primera partida como atacante (cuando jugamos al Panzerblitz por primera vez nos pasó lo mismo), y fue demasiado conservador. Tenía más tropas que yo, y su posición de ataque no era nada mala, con coberturas en bosques y una colina desde donde contrarrestarme. Sin embargo, los camiones no se movieron hasta el tercer turno, lo que los obligaba a salir por la carretera, donde estaban apostados los zapadores. Cuando se dio cuenta de eso fue demasiado tarde para reaccionar.
Cuando volvamos a jugar, si tengo tiempo, colgaré otra crónica, para ir viendo como evoluciona el juego según se va aprendiendo a jugar.
Saludos.
una duda,comentas que has atacado con el mortero a un hex con tres pelotones,pero solo has conseguido inmovilizar a uno,al ser un ataque de area,entiendo que afectaria a los tres por igual,no?,o sea los tres inmovilizados
ResponderEliminarNo.
EliminarLos éxitos del ataque de mortero afectan a todo el hexágono por igual, pero luego cada pelotón tira la defensa de forma independiente, por lo que puede ocurrir que algunos queden inmovilizados y otros no.
Un saludo!
te refieres a la tirada por tener cobertura,no?gracias!!
ResponderEliminarSí, exactamente.
EliminarDe nada :)
oye,me voy aprovechar de tu conocimiento,si ese ataque de mortero fuese normal,y consiguiese un impacto en un hex sin cobertura con tres pelotones de infanteria regular...que pasaria?¿Una baja a cada uno de los pelotones,o una baja a elegir en uno de ellos?perdona por ser pesado XD
ResponderEliminarPues no tengo las reglas frescas, pero juraría que sí, una baja a cada uno y santas pascuas.
EliminarPor cierto,me ha gustado mucho la cronica,enhorabuena.
ResponderEliminarGracias :)
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